Anime «Hidden God» (Capítulo 11)

Título: Hidden God
Género: Fantástica, Misterio, Terror, Acción
Capítulos: 11
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Sinopsis:

Hirogui vive en Jogamachi, un pueblo tranquilo con un río que divide a viejos y nuevos, donde las tradiciones antiguas todavía se mantienen. Aturdido, se instala y se hace amigo de sus compañeros de clase, pero las palabras de nemuru Kushinada son una advertencia para mantenerse alejado de la parte antigua de la ciudad. Allí, el terror y el misterio esperan.

Sinopsis del Episodio:

La verdad ya ha salido a la luz y una amenaza de muerte se cierne sobre ellos. Solo aquellos dioses a los que temen pueden salvarles, ¿pero eso cambiará algo en el caso de que lo consigan?

Opinión sin Spoilers:

Creía que me encontraría con un capítulo con acción, pero me he encontrado con uno que está repleto de momentos sentimentaloides, y no me ha desagradado.

La verdad es que en este anime, y por eso me gusta, todos tienen su parte de razón, pero claro, cada personaje ve su parte y no la del otro… Lo más fácil siempre ha sido y será hacerse la víctima y culpar a los demás.

El capítulo está bien y me parece un final correcto para esta historia… Sé que queda un capítulo, pero con lo que han mostrado en el avance… Miedo me da… Prefiero quedarme con este final.

Breve resumen en «Leer +»

Sakaki llega hasta la presa antes que los dioses, mata al encargado, abre las compuertas y se va hacia el bosque, herido…

Los dioses llegan, ven el cadáver, cierran las compuertas (el agua ya se ha llevado parte del pueblo), y siguen el rastro de sangre de Sakaki, pero Isuzu llega antes y Sakaki le pega un tiro en la pierna.

En ese momento llegan los dioses al completo y los dos humanos, Hiro y su amiga. Sakaki está completamente fuera de sí, quiere que todos mueran, que todos pagen por el asesinato de su prometida.

Hiro se interpone para que no mate a Nemuru y le dice que no tiene que matarlos. Lo de su prometida fue algo muy duro, seguro, pero ellos no van matando porque quieran, sino para proteger a los humanos y a ellos mismos de su parte no humana. No debe ser fácil llevar una vida siendo de esa manera.

Sakaki no atiende a razones, coge a Hiro y lo lleva cerca de un acantilado. Allí le encañona y sigue diciéndole que no tiene razón, que todos deben morir.

Aquí Nemuru coge el relevo, tira la guadaña y le dice que la mate. Si quitándole la vida, la vida de la chica que mató a su prometida, se siente mejor y perdona la vida del resto de habitantes de Jouga, se dejará asesinar.

Sakaki dispara pero no le da porque Hiro se pone por medio desviando el disparo, pero la segunda vez apunta mejor y… Se escucha un aullido…

Las sacerdotisas que presidían el «Festival de Hassaku» llegan al lugar y la cabecilla,  Kaori, se quita la máscara y le dice que no la mate, que no mate a nadie.

Ella es la enviada por el Gran Dios para proteger a Jouga y todo lo que en ese pueblo mora.

Él se siente muy confundido por el extremo parecido que tiene con su prometida fallecida, lo cual no ayuda, ya que con el grito «¡no te lo puedo perdonar!«, se gira hacia Nemuru, apunta y dispara…

La bala no le da a ella, sino a Kaori, que se había interpuesto… Con una sonrisa tranquilizadora en la cara, abraza a Sakaki y se tiran por el precipicio (o más bien lo tira ella consigo)… Cayendo al río.

Así termina la historia de Sakaki.

El capítulo acaba con la vuelta a la normalidad, o al menos eso parece, ya que el pueblo se ha quedado casi desierto. Tras ese incidente y el saber lo relacionado con los dioses, gran parte de las familias se fueron de allí. Quedan muy pocos.

Esos pocos que quedan intentan llevar su vida como si nada, sin hablar en ningún momento de lo acontecido.

Ahora Nemuru le habla sin ningún reparo y se ha unido al grupo de Hiro. Incluso se llaman por el nombre de pila… Lo que ha Hiro le cuesta horrores.

Ahora solo falta saber si aquellas personas que se fueron podrán guardar el secreto de los dioses o lo difundirán…

Por cierto, el padre de Nemuru accede a cambiar algunas normas en lo referente a los dioses, y las nuevas pastillas del difunto abuelo de Nemuru, las que servirían como medicina a los dioses, pronto llegarán.